Bienvenido, querido lector, a este blog sobre
música y cine. En la primera entrada os quiero hablar de una película que vi el fin de semana
pasado, titulada “Una historia casi divertida” (en inglés “It’s a Kind of Funny
Story”).
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Basada en la novela de Ned Vizzini y protagonizada por Keir Gilchrist, Zach Galifianakis y Emma Roberts, esta película, cuyo guión y dirección cae en manos de una pareja, Ryan Fleck y Anna Boden, intenta dar unas dosis de optimismo.
La historia va sobre un chico, Craig (Keir
Gilchrist) que aparentemente lo tiene todo: una familia que le quiere, amigos,
es inteligente…pero la adolescencia no le ha sentado muy bien y está muy
estresado, a veces siente que no encaja con sus amigos y está obsesionado con
una chica, Nia, que para más inri es la novia de su mejor amigo. Todo esto le
provoca ansiedad e incluso le lleva a pensar en el suicidio. Como he dicho
antes, en la peli se ve que el chaval es inteligente porque antes de
cometer una estupidez acude al hospital y presiona para
que le ingresen en el ala psiquiátrica. Al final será admitido. Allí conocerá a
gente con sus mismas preocupaciones (Bob (Galifianakis), que a pesar de sus propios problemas, le hace abrir los ojos), otros con problemas mentales más serios y a una chica, Noelle (Emma Roberts) que se convierte en su nuevo interés amoroso.
Dentro de ese ambiente de “locura” conseguirá entrar en razón. Ya se sabe, donde
menos te lo esperes encuentras la solución a tus males.
He de decir que la película me ha gustado.
Invita al optimismo y a ser positivo y da la clave a muchos de los problemas de
hoy en día: la falta de ilusión y sobre todo la inmadurez. Este chico nota un
gran cambio de la niñez a la adolescencia: siendo niño no hay preocupaciones y
aunque en el pasado hayamos tenido problemas que solventar y dificultades que
superar, parece que no son tanto comparadas con las que tenemos ahora. Más bien,
ya no nos acordamos de lo mal que lo pasamos entonces. Además, la sociedad occidental ha hecho que vivamos con miedo, ansiosos y nos pintan una imagen de la felicidad que consiste en tener lo que deseamos y si no lo tenemos nos frustamos y nos deprimimos. En definitiva, nos comemos el tarro porque ya lo tenemos todo solucionado.
Bueno, dejemos de filosofar y para terminar, podemos decir que el mensaje de la película es este: hay que permanecer activo, tener ilusión y marcarse una meta para seguir siempre adelante ;)
Y como esto también va de música, la canción
de esta entrada da la casualidad que también sale en la película. “Under
pressure”, de David Bowie y Queen, aparece en la peli en una escena muy divertida, cuando los internos están en clase de música. Todos lo habremos hecho alguna vez: creer que estamos vestidos como estrellas del rock y encima de un escenario, mientras escuchamos una canción que nos encanta.
También dejo esta canción "Ice Ice Baby" de Vanilla Ice, que utiliza los acordes de "Under Pressure"